Auditoría Pública nº 76. Revista de los órganos autonómicos de control externo
rramientas en un escenario de “ data driven public admi- nistration ”, en un momento en el que parece apostarse a gran escala por una administración pública digitalizada, crecientemente automatizada y que toma decisiones ba- sada en sus propios datos. De esta manera, las necesidades de formación y de actualización, ese llamamiento al “ reskill ” y al “ upskill ” –y aquí es necesario preguntarnos dónde quedó aquella alerta temprana sobre el “ lifelong learning ” y la forma- ción continua en el puesto de trabajo-, sobre el que se han escrito textos muy acertados e inspiradores (Acca, 2019; Suffield, 2020), deviene ahora en imperativo éti- co: los auditores públicos necesitan estar actualizados y recibir la formación necesaria y suficiente para cumplir con profesionalidad su tarea fiscalizadora. Este planteamiento, que comparto plenamente, tiene su corolario en la más reciente publicación de INTO- SAI: “ The future relevant value adding auditor ”, publica- do a principios de noviembre de 2020. Un documento que pone el foco en las áreas críticas competenciales que permitirán a los auditores públicos ser relevantes y pro- porcionar valor añadido en el futuro inmediato. Las cuatro grandes áreas que destaca INTOSAI en este brillante documento son las siguientes: 1.- Pensamiento crítico ( critical thinking ): “A medi- da que el mundo se vuelve más complejo, la capacidad de comprender las complejidades y otros problemas no estructurados mientras se mantiene el juicio crítico y el escepticismo profesional, será una de las competencias más esenciales”. Esta necesidad requiere de habilidades como la creatividad, la objetividad, la capacidad para detectar problemas y proponer soluciones, la prospec- tiva, la habilidad para distinguir los hechos del ruido, el juicio independiente y la necesidad de adaptarse a los cambios. Casi nada. 2.- Resiliencia ( resilience ): “La resiliencia es una cua- lidad fundamental y fundamental que se superpone para asegurar que las otras áreas de competencia sean efectivas. Con todas las incertidumbres del futuro, de- bemos ser conscientes de lo desconocido para que cuan- do ocurra el cambio no reaccionemos con resistencia, sino que seamos capaces de transformarnos y adaptar- nos a la nueva normalidad”. Algunos conceptos de esta definición ya nos resultan familiares. La resiliencia exige curiosidad, el deseo de hacer(nos) preguntas, la tena- cidad, la flexibilidad, la capacidad de reorganización o tener una mente abierta, según INTOSAI. 3.- Habilidades digitales ( digital literacy ): “Aunque la evolución tecnológica siempre ha sido un factor con el que los auditores han tenido que lidiar, los avances pa- recen estar constantemente acelerando. La digitalización está cambiando nuestro mundo, cambiando nuestros gobiernos y también la profesión de auditoría. Incluso en un panorama tan aparentemente desalentador, se ha vuelto crítico que un auditor sea alguien que se sienta có- modo para continuar adoptando nuevas tecnologías para hacer el trabajo que nos ha encomendado la ciudadanía. Las habilidades requeridas no sólo tienen que ver con la capacidad tecnológica y el manejo de nuevos programas y aplicaciones, sino también con la habilidad para presen- tar la información y los resultados, por ejemplo. 4.- Colaboración (collaboration ): “Es esencial que los auditores colaboren, y también que influyan en aquellos que trabajan a su alrededor para cooperar en beneficio mutuo, ya sea trabajando juntos en equipo o cooperan- do con todas las partes externas interesadas tener im- pacto y alcanzar una gobernanza eficaz”. Este vector re- quiere de diplomacia, inteligencia emocional, capacidad para crear o construir confianza, orientación al cliente, comunicación y capacidad de escucha. Sin duda, una cuestión clave. Las propuestas de INTOSAI van en línea con otros trabajos de prospectiva sobre la profesión de auditor y sus retos inmediatos, derivados de la transformación digital y de la expansión del uso de la Inteligencia Artifi- cial. Estos consejos prácticos deben servir para orientar los programas formativos, y para el diseño de los planes estratégicos de las instituciones de control externo, so- metidas a la presión de los tiempos y condenadas a la irrelevancia si no reaccionan, en un mundo dinámico y cada vez más exigente. 5.- CONCLUSIÓN Este artículo pretende señalar dos cuestiones esen- ciales para el futuro inmediato de la auditoría pública. En primer lugar, su necesaria adaptación al cambio de paradigma en la gestión pública, hacia un modelo basa- do en los datos y en la explotación de los mismos para la toma de decisiones por parte de los poderes públicos. Esta adaptación debe ir en paralelo al gran cambio eu- ropeo anunciado, financiado por los fondos de recons- trucción, a los que las instituciones de control externo deberían tener acceso prioritario. Una segunda cuestión de interés tiene que ver con las necesidades internas de las instituciones de control externo, derivadas de este proceso en marcha de trans- formación tecnológica a gran escala. La incorporación de herramientas tecnológicas y de soluciones basadas en la aplicación de inteligencia artificial no sólo ofrece oportunidades, sino que también trae consigo riesgos y dilemas éticos. En esta coyuntura, la actualización y la renovación de las habilidades y conocimientos de los 28 Noviembre nº 76 - 2020 AUDITORÍA Y GESTIÓN DE LOS FONDOS PÚBLICOS
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