Auditoría Pública nº 76. Revista de los órganos autonómicos de control externo
Nuevas políticas, nuevas herramientas 43 Auditoría Pública nº 76 (2020), pp. 41- 50 Pero esos nuevos objetivos no tienen que significar que se pierda alguno de los principios fundamentales que son intrínsecos a la acción de gobierno, como es el de someter su actuación a control. De hecho, la aplica- ción y el ejercicio del control por diferentes institucio- nes forma parte de la nueva gobernanza pública, y en esa función las instituciones de control externo tienen un papel fundamental. Las EFS-ICEX 5 son instituciones que, reflejadas en las constituciones o normas superiores del estado o co- munidad autónoma, tienen como misión el controlar la actuación económica y financiera de las diferentes ad- ministraciones. Estas EFS son órganos técnicos vincula- dos al poder legislativo, y es a ese poder al que presentan los resultados de sus trabajos. Su importancia en el aná- lisis de las políticas públicas y en cómo afectan a la vida de los ciudadanos está en alza 6 . Precisamente dentro del ODS 16 (Paz, justicia e ins- tituciones sólidas) nos encontramos con una meta di- rectamente relacionada con el papel de las EFS “Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas” 7 . Elemento central de la eficacia y la transparencia es la evaluación de las políticas públi- cas, que es un término que transmite una idea de ac- ción, por una parte, y también de mejora, por lo que se puede considerar como un concepto positivo. Además, en el contexto de la administración pública, la evalua- ción transmite sobre todo la idea de compromiso con el ciudadano, que se traduce en la búsqueda de las me- jores técnicas que permitan hacer efectivo un “nuevo” contrato social por el que las Administraciones públicas buscan activamente su adaptación a las necesidades y los deseos de los ciudadanos. Parece que, de acuerdo con la OCDE (2017) 8 “Éste es el momento perfecto para lanzar una discusión más amplia e inclusiva sobre la función que las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) tienen a la hora de pro- mover la buena gobernanza. En el documento Integrar la Gobernanza en el Marco Normativo de Desarrollo Posterior a 2015, las Naciones Unidas destaca el enla- ce vital entre la buena gobernanza y el desarrollo. Esta preocupación ha llevado a la inclusión del Objetivo 16, normalmente conocido como el objetivo de la gober- nanza, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en septiembre de 2015. Este objetivo esta- blece la necesidad de «promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acce- so a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.” Dentro de las herramientas que los poderes públicos en general tienen a su disposición para el desarrollo e implantación de sus políticas es necesario destacar las aportaciones provenientes de las denominadas ciencias de la conducta humana 9 , o “behavioral sciences” en su denominación original. Estas ciencias han sido capaces de poner en duda y finalmente cambiar el modo en que se entiende cómo toman las decisiones las personas, cuáles son sus causas finales, y por qué muchas leyes no se cumplen o, dicho de otra forma, las políticas que se sustentaban en esas leyes no tienen éxito. También afec- ta ese cambio a cuestiones básicas en el derecho y en la gestión pública, como son el libre albedrío, la culpabili- dad y la capacidad de elección real de las personas a la hora de tomar decisiones. La aplicación de esos descubrimientos al mundo de la política nació originariamente en Estados Unidos. El concepto nudge fue definido por Richard Thaler y Cass Sunstein 10 como cualquier aspecto de la arquitectura de la decisión que altera el comportamiento de las personas en un sentido predecible sin prohibir ninguna de las op- ciones ni cambiar de forma significativa sus incentivos económicos. Lógicamente, estos conocimientos tienen grandes consecuencias normativas, pues desde el momento en que las personas no son totalmente racionales, las polí- ticas tienen que tomar esto en cuenta a la hora de perse- guir los efectos deseados. Por ejemplo, si las personas son influidas por lo que hacen los demás, las normas sociales pueden ser usadas para conseguir cambios positivos. El análisis conductual no ha tenido un gran desa- rrollo en la doctrina española, y su mera enunciación no genera la imagen de una corriente de pensamiento arraigada, sino más bien de algo meramente especu- lativo. Para contextualizar su importancia del análisis conductual es oportuno recordar algunos de los últimos premios Nobel. Herbert Simon, premio Nobel de economía en 1978, centró sus investigaciones en lo que denominó “Decis- 5 A nivel internacional se viene usando la terminología de Superior Audit Institutions -SAI-, que se viene traduciendo al español como Entidades Fiscalizadoras Superiores -EFS-. 6 OCDE (2017): Entidades Fiscalizadoras Superiores y el buen gobierno: Supervisión, información y visión . Estudios de la OCDE sobre Gobernanza Pública, Éditions OCDE, París. http://dx.doi.org/10.1787/9789264280625-es or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2484639 7 https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals/goal-16-peace-justice-and-strong-institutions.html 8 OCDE (2017): Entidades Fiscalizadoras Superiores y el buen gobierno: Supervisión, información y visión . Estudios de la OCDE sobre Gobernanza Pública, Éditions OCDE, París. http://dx.doi.org/10.1787/9789264280625-es or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2484639 9 En la traducción al español se viene usando indistintamente los términos “ciencias de la conducta humana” o “ciencias del comportamiento”. 10 Thaler, Richard H. & Cass R. Sunstein (2009): Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness . Revised and Expanded Edition. London. Penguin Books
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