Auditoría Pública nº 77. Revista de los órganos autonómicos de control externo
REVISTA AUDITORÍA PÚBLICA / 77 18 1. Introducción Desde hace varias décadas diversos gobiernos y organismos internacionales están impulsando estrategias que pretenden insertar la perspectiva de las desigualdades ente hom- bres y mujeres en la planificación y análisis de los presu- puestos públicos, lo que ha venido a denominarse presupuestos con enfoque de género (PEG). Así, las Conferencias Internacionales de las Mujeres promovidas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) a partir de 1975, especialmente la cuarta celebrada en Beijing en 1995 (United Nations 1995), han puesto de manifiesto la necesidad de integrar el objetivo de igualdad de género en todas las políticas públicas, lo que se conoce como “gender maistreaming” (Lombardo, 2006). Y el motivo principal que ha impulsado el análisis de las políticas públicas desde la perspectiva de la equidad de género ha sido la constatación de las desigualdades existentes en las condiciones de vida entre mujeres y hombres en todas las sociedades del mundo, aunque con grandes diferencias entre ellas (WB, 2011; EIGE, 2016; Stotsky, 2016). Para O’Hagan (2018), el objetivo del PEG es hacer visibles las diversas realidades vividas de las vidas de mujeres y hombres e integrar ese análisis en el proceso político y dar expresión a las medidas para eliminar la desigualdad y promover la igualdad. Con ello se persigue superar la “ceguera de género” presupuestaria, construyendo en cada área, departamento o ministerio una conciencia clara de que el gasto público tiene un impacto sobre las mujeres, con frecuencia diferente al que tiene para los hombres, por la distinta situación que ocupan en la organización social (Sharp y Broomhill, 2002; Budlender and Hewitt, 2002; Budlender, 2004). El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) han ido incrementando paulatinamente su interés y compromiso con el PEG. Así, el FMI publicó en 2016 una encuestamundial sobre PEG, en la que lo consideraba como un buen presupuesto, sobre la base de que, diseñado adecuadamente, el PEGmejora el presupuesto gubernamental (Stotsky 2016). Además, en una reunión de Ministros de Finanzas del G7 en mayo de 2017, se presentó un documento del FMI sobre PEG en los países del G7 a solicitud de Italia (IMF, 2017). Por su parte, la OCDE, de un lado, recomienda a los estados que incorporen la igualdad de género en el diseño, desarrollo, implementación y evaluación de políticas públicas y presupuestos relevantes y, de otro, que consideren establecer o fortalecer la capacidad de las instituciones independientes (como las Entidades Fiscalizadoras Superiores) para supervisar la implementación de estrategias de igualdad de género, integrar las cuestiones de género en la formulación de políticas y facilitar informes regulares, auditorías y mediciones (OECD, 2016). Y, en 2016 publicó una encuesta sobre PEG en los países de la OCDE (Downes et al. 2016). En el ámbito de la Unión Europea (UE), a partir de la Conferencia Internacional on “Strengthening economic and financial governance through gender responsive budgeting”, impulsada por la presidencia Belga de la UE en 2001, tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo propusieron que los Estados miembros incorporaran el análisis de género en el proceso presupuestario, y el Consejo Europeo encargó algunos análisis para conocer mejor los PEG como instrumento para transversalizar el género en la política pública (Council of Europe, 2005a, 2005b) y ofreció una definición de presupuesto de género: “El presupuesto de género es una aplicación de la transversalización de género en el proceso presupuestario. Significa una evaluación de los presupuestos con enfoque de género, incorporando una perspectiva de género en todos los niveles del proceso presupuestario y reestructurando los ingresos y gastos para promover la igualdad de género”. (Council of Europe, 2005b, 10). Después de este llamamiento, varios Estados miembros, como Suecia, Finlandia, Noruega, Austria, Bélgica, Francia, Italia, España y el Reino Unido, comenzaron o intensificaron procesos de incorporación de la perspectiva de género en sus presupuestos (Budlender and Hewitt, 2002; O’Hagan and Klatzer, 2018; Klatzer et al. 2018). Sin embargo, hasta ahora, no ha habido ninguna encuesta completa de PEG
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