Auditoría Pública nº 77. Revista de los órganos autonómicos de control externo

REVISTA AUDITORÍA PÚBLICA / 77 92 Se ha de tener siempre en cuenta que, a la hora de tomar una decisión 17 frente a una problemática que genera incertidumbre, la persona se encuentra irremediablemente sujeta a la valoración de las alternativas, fase en la cual se evalúan las consecuencias que pueda traer consigo cada una de esas opciones, ya sean positivas o negativas, para luego elegir la alternativa más acertada a la solución del problema de decisión, con lo que finalmente se pretende valorar los resultados del proceso, en relación con la efectividad de la resolución del problema. Kahneman y Tversky (1973) desarrollaron su propia pers- pectiva de racionalidad limitada 18 . Según estos autores los procesos de juicios intuitivos no solo eran más simples de los que exigían los modelos racionales, sino que eran categó- ricamente de una clase diferente. Así, describieron tres heurísticos con fines generales que son la accesibilidad, la representatividad y el anclaje o ajuste, que subyacen a muchos juicios intuitivos bajo incertidumbre. Aunque la intuición heurística se distingue de los procesos de razonamiento formativo por pautas de juicios sesgados, los heuristicos en si mismos son procedimientos de estimacion que de ningun modo son irracionales. Son respuestas intuitivas normales, no solo para los problemas de alta complejidad, sino para las mas simples cuestiones de verosimilitud, frecuencia y prediccion. La mayoría de las veces en las que tenemos que hacer un juicio, si no disponemos de mucho tiempo o tenemos falta de interés, recurrimos a los heurísticos 19 , que son “atajos cognitivos” que posibilitan a los individuos realizar evaluaciones sobre la base de una o varias reglas o estructuras básicas, evitando así los costes relativos a la exploración exhaustiva de un conjunto amplio y complejo de posibilidades y, al mismo tiempo, adaptándose a las circunstancias que el ambiente le plantea. Estos atajos mentales permiten simplificar la solución de problemas cognitivos complejos, transformándolos en operaciones más sencillas (Tversky y Kahneman, 1974). De acuerdo con Robles, los heurísticos son los mecanismos o herramientas estudiados en la teoría de la racionalidad acotada, para adaptarse a los requerimientos del ambiente. Para la teoría de la racionalidad acotada, las acciones son racionales en función de las posibilidades de obtener un buen resultado en la acción, teniendo en cuenta las restricciones existentes. Así, un entorno en el que podemos tener toda la información necesaria para tomar una decisión, en el que las condiciones de limitación no existen, el nivel de exactitud al que debemos aspirar será el máximo. Por el contrario, en un entorno en el existen unas condiciones muy exigentes para la toma de decisiones, se tendrá que ajustar mucho la precisión de nuestros objetivos. De este modo la racionalidad no es ya la búsqueda de los mejores medios, sino que se orienta hacia la consecución de un medio y fin satisfactorio, mediante la conjunción entre ambiente e individuo. Por ello, la forma en la que se puede funcionar para tomar una decisión que conduzca a la ejecución de una acción determinada, es ajustar las capacidades personales a las características del contexto, para así alcanzar un buen resultado que nos resulte satisfactorio, aunque ello implique no optar siempre por el mejor. Uno de los errores en los que se puede incurrir al hablar de economía de la conducta es confundir el heurístico y el sesgo 20 . Estos dos conceptos se refieren a la utilización de atajos en el sistema de procesamiento de la información, de manera rápida, por nuestro cerebro. Es un mecanismo evolutivo de supervivencia, ya que ésta ha estado vinculada a la rapidez más que a la precisión, en la toma de decisiones. Se entiende como heurístico el conjunto de operaciones encaminadas a facilitar la formación de juicios y entender así el mundo como algo más sencillo ya que, ante la imposibilidad de procesar toda la información que nos rodea, cuando se dan determinadas circunstancias, nuestro cerebro toma un atajo. En cambio, como explica de forma muy clara López, el sesgo es el error sistemático al que tendemos ante una situación determinada. Es decir, la utilización rápida del heurístico puede generar algún tipo de error, pero cuando éste se produce de manera regular nos encontraremos ante un sesgo. Esta similitud de conceptos explica que, en algunos casos, se utiliza la misma expresión para definir un heurístico y un sesgo, aunque, como ha quedado claro, en el primer caso se trata del sistema de procesamiento mediante “atajos mentales” (que no tiene por qué generar errores) y en el segundo, del error sistemático en el que se puede incurrir como consecuencia de la aplicación de un heurístico. 17. Castro, A. et al., Nivel de sesgos cognitivos de representatividad y confirmacion en estudiantes de Psicologia de tres universidades del Bio-Bio. Propósitos y representaciones, Vol. 7, N° 2, 2019, pp. 210 – 239. 18. Cortada de Kohan, N., Macbeth, G., Los sesgos cognitivos en la toma de decisiones. Revista de Psicología Vol. 2 nº 3, 2006, pp. 56-68. 19. Robles, J. M., “Racionalidad acotada: heurísticos y acción individual”. Theoria, Vol. 14, nº1, 2005, pp. 37-46. 20. López, R., Diferencia entre sesgo y heurístico. Behavioral Economics Blog, 2019. https://behaviorandeconomics.com/diferencias-entre-sesgo-y-heuristico/.

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