Auditoría Pública nº 78. Revista de los órganos autonómicos de control externo

67 El modelo ISAM como propuesta metodológica para una auditoria operativa de segunda generación la publicación de la guía para realizar las auditorías de la implementación de los ODS, para la que IDI elaboró ISAM, modelo de auditoría de los ODS. Como ya se ha señalado, IDI (2020, p:7) define ISAM como “un manual o guía práctica destinada a apoyar a las EFS en la realización de auditorías de alta calidad de implementación de los ODS basadas en las ISSAI-Normas Internacionales de Auditoría de las EFS” . Este manual define a las auditorías de alta calidad como “aquellas que cumplen con los requerimientos de las ISSAI aplicables” y sigue “El modelo proporciona una orientación acerca de la manera de cumplir con los requerimientos establecidos por las ISSAI, para las diferentes etapas del proceso de auditoría de la implementación de los ODS”. De la misma manera que la concepción de la Agenda 2030 incorpora plenamente las interrelaciones entre los diferentes objetivos y metas, el primer principio sobre el que se construye ISAM es que se trata de una auditoría orientada a resultados. De esta manera, supera las auditorías enfocadas a entes concretos o programas singulares, para centrarse “ en la interacción que existe entre ellos y que tiene por objeto el logro de resultados intersectoriales” (IDI 2020, p:7). Para ello utiliza el denominado enfoque integrado de gobierno 7 . Al mismo tiempo, si el gran objetivo de la Agenda 2030 es no dejar a nadie atrás y sitúa a las personas en el centro, el otro gran principio vertebrador del modelo ISAM es incrementar “valor agregado” de las auditorías, para lo que es necesario situar a las personas también en el centro de la auditoría y, en consecuencia, ampliar el foco e incorporar al proceso de realización de la auditoría las perspectivas e intereses de los principales actores que, además de los gestores directos, están concernidos por la actuación ya sea porque contribuyen o influyen en su desarrollo, son beneficiarios o afectados, o porque son analistas con conocimiento experto en el ámbito en el que se desarrolla la actuación. En definitiva, lo que se conoce como partes interesadas. De esta forma, ISAM se convierte en una guía práctica para utilizar de forma efectiva las normas ISSAI y traer a la primea línea dos dimensiones que, aunque están contempladas en ellas, en la práctica habían quedado relegadas a un segundo plano: la perspectiva global que ofrece el enfoque integrado de gobierno y la incorporación a la auditoría de la visión de las partes interesadas. Para ilustrar la aplicación del modelo ISAM se propone la consecución de la meta 4.2 de los ODS, Calidad de la educación pre-escolar: Asegurar que todos los niños y niñas en edad preescolar tengan acceso a servicios de atención y desarrollo de calidad, teniendo en cuenta que la promoción de “la educación universal y pública para niños y niñas de 0 a 3 años” se encuentra entre las actuaciones prioritarias acordadas por el Gobierno español (Secretaría de Estado para la Agenda 2030, 2021, p: 122). Esta meta reviste mucho interés desde un punto de vista metodológico, dado que su fuerte e inmediato impacto social, la pluralidad de prestadores del servicio educativo y la singularidad de su organización institucional convierte en imprescindible un enfoque integrado de gobierno. En efecto, se trata de un ámbito en el que las competencias educativas no solo están distribuidas entre la administración estatal y las comunidades autónomas, sino que las entidades locales también tienen atribuidas funciones y además despliegan actuaciones propias. Además la educación infantil se organiza en dos ciclos y el que va de los 0 a 3 años no solo es de carácter voluntario, sino que no está definido por la normativa estatal como gratuito, por lo que, en la práctica, cada comunidad autónoma ha desarrollado su propio modelo organizativo, 7. Sobre este enfoque puede revisarse el trabajo de Colgan, A., Kennedy, L.A. y Doherty, N. (2014).

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