Auditoría Pública nº 79. Revista de los órganos autonómicos de control externo
Auditor operativo vs Evaluador de políticas públicas 109 En la figura superior se observa que tanto en la auditoría operativa como en la evaluación de políticas públicas se manejan los conceptos de economía, eficacia y eficiencia. En la parte del círculo derecho relativo a la evaluación que está fuera de la intersección con el círculo izquierdo, se encuentra la actividad evaluadora que no es auditora como, por ejemplo, las evaluaciones de políticas públicas que realiza un organismo público para su consumo interno con el fin de obtener lecciones aprendidas; es decir, los principios “GAT” no tienen especial relevancia en este caso, pero sí los “CUIP”. En el segmento de intersección de ambas actividades se refleja la evaluación como modalidad de la auditoría operativa, en la que actúan tanto los principios denominados “GAT” como los “CUIP”. En dicha intersección, el auditor actúa de evaluador. No decimos que el evaluador actúa de auditor porque para serlo, el evaluador necesitaría no solo emplear los conceptos de las tres “E”, “GAT” y “CUIP”, sino también tener la formación y experiencia de un auditor. En este sentido, es preciso subrayar el origen histórico de ambas actividades para entender su diferenciación. Como hemos visto más arriba, las evaluaciones de políticas públicas tienen su origen en las evaluaciones de programas, mientras que la auditoría operativa es una modalidad de la auditoría en general, cuyo origen se encuentra en la auditoría financiera y, por ende, en la gestión contable de la actividad económica y financiera de las entidades auditadas. De ahí que la formación básica de un auditor operativo se base en la misma que recibe el auditor financiero, esto es, el Dere- cho, la Contabilidad y la Economía (Cordero, 2021a); además, se recomienda que tenga experiencia en auditoría financiera y de cumplimiento, si bien no es necesario que sea con la misma amplitud que la que tiene el auditor financiero o de cumplimien- to. El evaluador, en cambio, debería tener formación previa de economista, a la que se pueden añadir otros conocimientos y experiencias en diferentes campos. Podemos concluir, por tanto, que un auditor puede ser evaluador, mientras que un eva- luador no siempre puede ser un auditor. 5. Actores en las auditorías operativas y en la evaluación de políticas públicas El mencionado informe de la comisión de expertos para el estudio y creación en España de una agencia estatal de evaluación de la calidad de los servicios y de las políticas públicas recoge, entre otros aspectos, las agencias y comités más destacados en distintos países que se dedican a esas tareas. Este informe señala que los destinatarios finales de los resultados de la evaluación son muy variados. En general, “los resultados se presentan ante quien los demanda (generalmente ministerios) que, o bien agotan la vía o los incluyen de forma no singularizada en informes al Parlamento […] Es también habitual que los órganos responsables no realicen directamente las evaluaciones, sino que coordinen su realización, bien sea llevada a cabo por unidades ministeriales especializadas, bien sea realizada por entidades privadas del mundo académico, investigador, profesional”.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTEw