Auditoría Pública nº 80. Revista de los órganos autonómicos de control extreno

66 REVISTA AUDITORÍA PÚBLICA / 80 Las explicaciones anteriores se consideran clave para justificar una tercera y radical aclaración: el modelo COSO, en lo esencial, más que un modelo de gestión de riesgos, debería ser visto como un sistema de gestión de objetivos. En ese sentido, el modelo COSO tendría que añadirse a la lista de sistemas de gestión enfocados a objetivos y resultados que (con sospechosa regularidad) se van suce- diendo a medida que caduca el interés en los anteriores. Como la lista es larga, a continuación se aporta una lista de los sistemas más conocidos, añadiendo en cada caso lo que se considera que cada uno aportaba como diferencial: ¡ Total Quality Management (TQM). Uso holístico del concepto de “calidad” para realzar la necesaria integración y globalidad del proceso. ¡ European Foundation for Quality Management (EFQM). Recurso a la autoevaluación como piedra de toque del modelo. ¡ Ciclo de Deming. Énfasis en hacer explícitas las fases nucleares de la gestión. ¡ Hoshin Kanri. Especial relieve de la capacidad de adaptación a los cambios en el entorno. ¡ Cuadro de mando integral. Se pretende incorporar a las decisiones de gestión ámbitos que van más allá de las cuestiones financieras más habituales. ¡ Enfoque del marco lógico. Se busca asegurar una plani- ficación, ejecución y evaluación adecuadas situándolas en un marco de referencia que funciona a modo de lista de comprobación. En este marco, lo que habría que preguntarse es qué aporta COSO (además de la novedad en sí misma) para haberse convertido en la referencia casi indiscutible de gestión, y la respuesta, se puede pensar, se encontraría en haber hecho explícito y sistematizado el tratamiento de un factor no suficientemente considerado en modelos anteriores: la detección y mitigación de los riesgos que puedan impactar en los objetivos (especialmente los estratégicos) de la organización. De acuerdo con lo hasta aquí expuesto, la última, y quizás inesperada, aclaración se refiere a que, al preguntarse si el modelo COSO es aplicable a la gestión pública en realidad la pregunta tendría que ser si es posible aplicar a la gestión pública un modelo de gestión basado en objetivos y resultados.

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