Auditoría Pública nº 82. Revista de los órganos autonómicos de control externo

REVISTA AUDITORÍA PÚBLICA / 82 64 1) Carencias en la información financiera. En general será poco probable que podamos disponer de información contable fiable, comparable y útil para el control de los principios de buena gestión. Ante esto, la solución será elegir un enfoque de auditoría basado en la valoración del control o de la gestión, y no tanto en los costes, resultados, realizaciones o impactos. No se tratará de medir la eficacia, eficiencia y economía en sí mismo, sino evaluar si se dan las condiciones necesarias para poder asegurar que se cumplen. 2) Falta de recursos adecuados. Tal como señala el Tribunal de Cuentas 4 , en 2020 un 89% de los interven- tores consideraba insuficientes sus medios personales y un 80% estimaba insuficientes sus medios materiales (Tribunal de Cuentas, 2022). La solución en estemomento no puede ser otra que acudir a medios externos, mediante la colaboración con firmas de auditoría privada o con otras administraciones. 3) Falta de objetivos explícitos. A pesar de que la palabra gobernanza está hoy en boca de todos, todavía son escasísimos los casos en los que su uso logra traspasar los límites del discurso (Monar Rubia, 2022). Y puesto que la eficacia se mide con relación a los objetivos, la carencia o falta de claridad de éstos, imposibilita o complica su valoración. La solución a este problema pasará por buscarnos objetivos implícitos que emanen de los principios generales establecidos en las normas administrativas o de los principios generales de buena gestión. Igualmente, la ausencia de objetivos nos conduce de nuevo a elegir un enfoque de auditoría orientado a sistemas, más que a resultados o a problemas. 4) Ausencia de referencias, ¡sálvese quien pueda! Lo expresaba perfectamente Antonio Arias en su blog Fiscalizacion.es, en “La auditoría operativa: el reto del folio en blanco”, en la que se hacía eco de la ponen- cia de Eduardo Ruiz García en el Congreso sobre el control interno local de 2021, en la que destacaba que, frente a las auditorías financieras, dónde hay pruebas y modelos estandarizados de informe, en la auditoría operativa se necesita mucha creatividad: “muchas veces lo que tenemos es una hoja en blanco”, decía Eduardo (Arias Rodriguez, 2021). Sin embargo, lo cierto es que hoy en día disponemos de normas de auditoría y guías muy didácticas que desarrollan de forma pormenorizada una metodología específica para el trabajo de control de los principios de buena gestión. Nos referimos a las normas de auditoría de desempeño de INTOSAI y a sus versiones adaptadas recientemente por parte de los OCEX a través de las GPF-OCEX 3000, 3910 y 3920. Por tanto, tal y como hemos constatado, la situación de partida para este tipo de control no es muy favorable. No obstante, consideramos que el control sobre los principios de buena gestión tiene un enorme potencial de impacto en cuanto a mejora de la eficiencia en el uso de los recursos públicos, de manera que no es una opción dejar de realizarlo, lo que nos obliga a ser creativos y buscar enfoques viables con la información y los recursos que disponemos. 5. Metodología de la auditoría operativa 5.1 Las Normas de Auditoría del Sector Público (NASP) Dado que las normas de auditoría directamente aplicables a las EELL son las mismas que se aplican a la Administración General del Estado, en primer lugar deberíamos considerar las Normas de Auditoría del Sector Público de 1997, conocidas como NASP, que siguen vigentes únicamente en la parte que sea de aplicación a la auditoría operativa y de cumplimiento, puesto que la auditoría de cuentas se rige hoy por las NIAS- ES-SP. No obstante, bastará una lectura rápida para darnos cuenta de que las NASP realmente no desarrollan una metodología concreta y detallada para la auditoría operativa, sino más bien una serie de principios y orientaciones, que en su día eran aplicables en general a todos los tipos de auditoría. Por lo tanto, desde un punto de vista práctico, las NASP no nos ofrecen una solución satisfactoria para nuestro objetivo. Ante esta situación, nos será de utilidad acudir a otras normas de auditoría más actuales, como las ISSAI, que aun no siendo de aplicación directa, nos ofrecen técnicas y métodos de los que nos podemos aprovechar. 4. Informe de la fiscalización relativa a la organización y los resultados del control interno, así como a las actuaciones de control financiero de los Ayuntamientos, ejercicio 2020.

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