Auditoría Pública nº 82. Revista de los órganos autonómicos de control externo

90 REVISTA AUDITORÍA PÚBLICA / 82 1. Introducción Las nuevas tecnologías de la información están teniendo una gran repercusión en todo el tejido económico mundial, especialmente en las instituciones del sector público (Abellán López y Pardo-Beneyto, 2020). Esto se debe, entre otras razones, a que se están obteniendo más y mejores datos de los ciudadanos, lo que supone una gran fuente de información de cara a la toma de decisiones (Henman, 2020). Sin embargo, la implantación de estos sistemas debe hacerse de forma eficiente, y para ello la incorporación debe darse de una forma progresiva (Ali y Green, 2017). Tal es así, que la falta de planificación y el desconocimiento por parte de los trabajadores que potencialmente usarán los sistemas es el principal detonante del fracaso de estas inversiones (Carneiro et al. 2013). Dotar al sector público de una infraestructura, no solo técnica, sino también legal y humana (Ilgun, 2020), evitará la dilación temporal del proceso de implantación y la posibilidad de fracaso de estos sistemas (Mo Ahn, 2021). Además, antes de realizar una inversión en este tipo de tecnologías, hay que tener en cuenta que cada entorno tendrá un grado de aceptabilidad distinto (Hoque, 2005), por lo que deben evaluarse los riesgos de cada entidad de forma individualizada teniendo en cuenta las distintas variables que le afectan directa e indirectamente (Charette, 2016). Es aquí donde entra en juego el perfil del auditor de sistemas. Los investigadores coinciden en que el auditor financiero deberá estar acompañado de un especialista tecnológico antes de emitir un juicio basado en el uso de los nuevos sistemas de información (Barata y Cain, 2001), una idea que va en consonancia con la NIA 620 (Axelsen et al. 2017). Una vez conocida la importancia de estos auditores de sistemas en la infraestructura necesaria para la correcta implantación de los sistemas de información, hay que destacar que su presencia va a depender del alcance y la complejidad del trabajo, del presupuesto y de los conocimientos tecnológicos previos del auditor financiero (Axelsen et al. 2017). Entre las tecnologías más analizadas por los académicos tras su implementación en las instituciones de auditoría del sector público, encontramos big data, blockchain, inteli- gencia artificial, social media y los sistemas en la nube. Estas tecnologías, basadas en grandes cantidades de datos, generan transparencia (Ilgun, 2020), fiabilidad, seguridad, eficiencia (Sung y Park, 2021), homogeneidad (Han et al. 2021) y un aumento del alcance de las pruebas de auditoría (Abdennadher et al. 2021). Esto supondrá facilitar la toma de decisiones (Agostino et al. 2022) y aumentar las capaci- dades de los auditores (Bray et al. 2020). Por otro lado, hay que tener presente la sensibilidad de la información y no descuidar los valores públicos (Di Vaio et al. 2021). Nuestro trabajo de revisión ha recogido distintos estudios de caso en los que los investigadores han hecho uso de entrevistas y encuestas para comprobar el grado de implantación y conformidad de los funcionarios con estas tecnologías. Muchos de los entrevistados coinciden en que estas herramientas no deben sustituir el juicio profesional, sino que serán usadas como meros complementos para la toma de decisiones (Henman, 2020). Por este motivo, los sistemas deberán ser transparentes de cara a la explicabilidad de las decisiones tomadas de forma automática (Criado et al. 2020). Por su parte, los principales retos que plantean estas tecnologías van desde las posibles incompatibilidades de los sistemas (Aman y Mohamed, 2017) a la poca adaptación por parte del personal (Carneiro et al. 2013). Este estudio busca analizar cuáles son las tecnologías de la información que más interés están generando en los académicos a nivel internacional de cara a su implementación en la auditoría pública. Así mismo, persigue comprender las principales limitaciones a las que se enfrentan los auditores tras su implementación en las instituciones y las propuestas de mejora de los académicos. Esto ha sido investigado mediante un recopilado de la literatura y un análisis de sus parámetros bibliométricos (Ilustración 1).

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