ña y con ese mensaje pretenden sacar votos en el calade-
ro del Estado, sacrificando los territorios forales donde
ese mensaje tiene difícil venta. De todos modos, si Ciu-
dadanos llega al poder mantendrá el sistema. De hecho,
empezaron a hablar de abolición y luego de ajustar la
aportación. También dijeron que no era compatible con
la Unión Europea y Bruselas lo avala. En mi opinión,
estamos ante un discurso electoralista. El convenio, ava-
lado por la Constitución y por el propio Amejoramien-
to del Fuero, jurídicamente no se puede borrar de un
plumazo. Supongo que los navarros y navarras algo ten-
dríamos que decir. Además, ¿cuál sería la alternativa?
¿Integrarnos en el régimen común? Quizás también po-
drían plantearse entonces la reintegración foral plena, es
decir, volver a la situación anterior a la Ley Paccionada
de 1841.
AP. No le preocupa, por tanto, el futuro del con-
venio.
No, el Estado siempre es centralista y ve con recelo
estas singularidades periféricas que para ellos son anor-
malidades. No creo que un nuevo partido sea más cen-
tralista que los partidos con los que hemos tenido que
negociar. Y tampoco veo fácil que nos puedan apretar
más desde el punto de vista de la aportación.
AP. Hablemos de los retos de una hacienda peque-
ña como la navarra. La cercanía al hecho imponible
sería en otro tiempo una ventaja clara. La globaliza-
ción y las nuevas tecnologías han cambiado mucho
esa ventaja inicial…
Yo llevo 38 años en la Hacienda de Navarra y he sido
testigo de esa evolución. Hasta hace unos años, al con-
tribuyente lo conocíamos, las empresas estaban en ma-
nos de familias. Hoy todo eso es muy diferente: el capital
pertenece a empresas extranjeras, existe una ingeniería
fiscal o financiera potente, paraísos fiscales… Es cierto
que tenemos más información, pero somos más débiles
en gestión tributaria. Por lo tanto, es esencial la colabo-
ración con todas las haciendas y no solamente con las
del Estado.
AP. La coordinación es necesaria, aunque parece
que esas ingenierías fiscales siempre van por delante.
Sí, la fiscalidad es una tela de araña que atrapa las
moscas pero no a los ratones. Por un lado tenemos la
economía sumergida, un fraude pequeño doméstico
que acumulado supone mucho dinero. Y, por otro lado,
están las operaciones de elusión fiscal con tramas que
rozan la ley y son difíciles de combatir porque, efectiva-
mente, siempre van por delante. Este es un serio proble-
ma internacional cuya solución, evidentemente, no está
en manos de una hacienda como la nuestra.
AP. Navarro acabó 2017 con superávit y reciente-
mente ha sido noticia por conseguir los mejores tipos
en refinanciación de deuda a veinte años. La califica-
ción de la deuda también es muy buena. Son datos
que hablan de la solvencia de Navarra.
Todavía tenemos una pesada carga de 3.500 millones
de deuda, pero hemos mejorado las cuentas de mane-
ra notable. En 2015, cuando este Gobierno comenzó su
andadura, la situación financiera era muy delicada. La
deuda había aumentado mucho y teníamos tesorería ne-
“En las críticas a los regímenes forales falta información y sobra demagogia”
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Auditoría Pública nº 71
(2018), pp. 5 - 8