utilizados para cumplir con los requerimientos
de las ISSAI-ES y obtener evidencia de auditoría.
• La evaluación de los juicios de la dirección de
la entidad fiscalizada en la aplicación del marco
de información financiera aplicable a la citada
entidad.
• Las conclusiones sobre la base de la evidencia
de auditoría obtenida, por ejemplo, al valorar la
racionalidad de las estimaciones realizadas por
la dirección al preparar los estados financieros.
El
escepticismo profesional
es fundamental en to-
dos los trabajos de auditoría
.
El auditor
planifica y eje-
cuta
la auditoría con una actitud de escepticismo profe-
sional, reconociendo que pueden darse circunstancias
que impliquen que los estados financieros contengan
incorrecciones materiales. Una actitud de escepticismo
profesional significa que el auditor hace una evaluación
crítica, con mentalidad de indagación, en relación a la
evidencia obtenida, lo que implica cuestionar la eviden-
cia de auditoría contradictoria, la fiabilidad de los docu-
mentos y las respuestas a indagaciones, así como de otra
información obtenida de la dirección y de los responsa-
bles del gobierno de la entidad. Tal actitud es necesaria
durante toda la auditoría, con objeto de poder reducir
el riesgo de pasar por alto circunstancias inusuales, ge-
neralizar en exceso al alcanzar conclusiones a partir de
los hechos observados en la auditoría y utilizar hipótesis
inadecuadas en la determinación de la naturaleza, mo-
mento de realización y extensión de los procedimientos
de auditoría y en la evaluación de sus resultados.
En una fiscalización operativa, la propia especialidad
de los objetivos que pretende da una especial predomi-
nancia al juicio experto del auditor frente a los análisis
exclusivamente mecánicos o cualitativos. Así, (ISSAI-
ES 300) los auditores deben ejercer el
escepticismo
profesional, ser críticos, receptivos y estar dispuestos
a innovar
; es esencial que los auditores ejerzan el es-
cepticismo profesional, sean críticos, manteniendo una
distancia objetiva con la información proporcionada. Se
espera que los auditores realicen evaluaciones raciona-
les y
eviten juicios subjetivos propios y ajenos
. Las téc-
nicas formales para preparar el proceso de planificación
estratégica, como el análisis de riesgos o las evaluaciones
de problemas, pueden ayudar a estructurar el mismo,
pero necesitan ser complementadas por el juicio profe-
sional para evitar evaluaciones unilaterales o parciales.
En cuanto al
diseño
de una fiscalización operativa,
los auditores deben planificar la fiscalización de manera
que contribuya a que esta sea de alta calidad, y que se
lleve a cabo de una forma económica, eficiente, eficaz,
de manera oportuna y de acuerdo con los principios de
buena gestión. Un excesivo nivel de detalle puede afectar
a la flexibilidad, al
juicio profesional
y a los altos niveles
de capacitación analítica requeridos en una fiscalización
operativa. En aquellos casos donde, por ejemplo, la fis-
calización requiera que los datos se recopilen de muy
diferentes ámbitos o áreas, o en que la misma se lleve a
cabo por un gran número de auditores, puede ser nece-
sario contar con un plan de fiscalización más detallado,
en el que las preguntas y los procedimientos de fiscali-
zación se determinen de forma explícita. En el mismo
sentido, el auditor debe evaluar la evidencia con el fin
de obtener las observaciones pertinentes y debe aplicar
su juicio profesional para llegar a una conclusión. Los
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Junio nº 69 - 2017
AUDITORÍA Y GESTIÓN DE LOS FONDOS PÚBLICOS