Auditoría pública nº 69. Revista de los Órganos Autonómicos de Control Externo - page 75

hallazgos y conclusiones son el resultado del análisis en
respuesta a los objetivos de la fiscalización. Estos deben
dar respuesta a las preguntas formuladas.
Las fiscalizaciones de cumplimiento pueden necesi-
tar algo más que el mero conocimiento del auditor de las
normas a aplicar y los criterios de las mismas. Cuando
la fiscalización de cumplimiento forma parte de una fis-
calización operativa, la verificación del cumplimiento se
referirá a los principios de economía, eficiencia y efica-
cia. La falta de cumplimiento puede ser la causa, la con-
secuencia o la explicación del estado de las actividades
sujetas a la fiscalización operativa. En las fiscalizaciones
combinadas de este tipo, los auditores deben hacer uso
de su
juicio profesional
para decidir si el
objetivo de la
fiscalización
debe centrarse en el cumplimiento de la
legalidad o en los aspectos propios de la auditoría ope-
rativa y si se deben aplicar las ISSAI-ES sobre auditoría
operativa, de cumplimiento, o ambas
(
ISSAI-ES 400).
El juicio y el escepticismo profesional
se aplican a
todo el proceso de la auditoría de cumplimiento para
evaluar los elementos de la auditoría, la materia objeto
de análisis,
los objetivos señalados, el alcance de la au-
ditoría, el riesgo
, la materialidad y los procedimientos
de la auditoría, los cuales se utilizarán en respuesta a los
riesgos definidos. Ambos conceptos también se usan en
la evaluación de evidencia y en los casos de incumpli-
miento, al elaborar el informe y al determinar la forma,
el contenido y la frecuencia de la comunicación a lo lar-
go de la auditoría. Los requerimientos específicos para
mantener el juicio y el escepticismo profesional en la
auditoría de cumplimiento son la capacidad de analizar
la estructura y el contenido de la normativa como base
para identificar los criterios adecuados o las lagunas en
la legislación, así como para aplicar los conceptos pro-
fesionales de auditoría en el tratamiento de los temas
conocidos y desconocidos. El auditor debe ser capaz
de evaluar diferentes tipos de evidencia de auditoría de
acuerdo a su origen e importancia para el alcance de la
auditoría y el asunto examinado y de evaluar la suficien-
cia y adecuación de toda la evidencia obtenida durante
la auditoría.
Determinar el
umbral de importancia relativa
, cuan-
titativa y cualitativamente, es una cuestión de
juicio
profesional
, consistente en la determinación del límite
máximo tolerable de incorrecciones que no se consideran
relevantes a efectos de los resultados de la fiscalización y
en función de los objetivos establecidos para la misma.
No es objeto de este documento el realizar una enume-
ración exhaustiva de todos los momentos y circunstan-
cias en los que las normas de auditoría se remiten, hacen
referencia o se basan en la capacidad o juicio experto del
auditor a la hora de tomar decisiones claves dentro de los
trabajos de auditoría. Creo que los ejemplos que se han
puesto de manifiesto hasta el momento son lo suficiente-
mente indicativos de esas circunstancias, y además creo
que de la mera lectura aparece meridianamente clara la
difícil mecanización o externalización informática de la
mayoría de ellos: se puede pretender que el auditor tenga
los mejores medios y la mayor información, pero la deci-
sión y, lo que es también importante, la responsabilidad,
le corresponden a él.
Sin embargo, nuestra experiencia y la realidad nos
muestra que la utilización de las nuevas tecnologías,
bien por imposición legal (Ley 39/2015, de 1 de octu-
bre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas y Ley 40/2015, de 1 de octu-
bre, de Régimen Jurídico del Sector Público), bien por
la evidente mejora del rendimiento, deben formar parte
de nuestro trabajo, e incluso del diseño y planificación
de los órganos de control externo. Veamos desde qué
punto de vista podemos hacer uso de la aplicación de
las tecnologías para mejorar nuestro trabajo y nuestra
capacidad profesional.
EN QUÉ CONSISTE SER UN EXPERTO
James Shanteau realizó ya en 1988 una investigación
que definió las características de ser un experto y los
rasgos psicológicos que le definen. Las principales con-
clusiones, que se desarrollarán a continuación son que,
en primer lugar, los expertos usan estrategias, como la
confianza en la revisión del grupo, su deseo de realizar
ajustes, y su aproximación mediante el divide y vence-
rás, como estrategias que les ayudan para sobrellevar
sus limitaciones cognitivas. En segundo lugar, compar-
ten todos algunas características psicológicas, como su
perspicacia, su talento para la comunicación, la confian-
za y creatividad bajo presión.
CARACTERÍSTICAS DE LA FORMA DE TOMAR
DECISIONES O FORMAR JUICIO DE LOS EXPERTOS
1. Los expertos están constantemente atentos a ha-
cer ajustes a su primera decisión. Toman ventaja
de los comentarios posteriores en los entornos
dinámicos y evitan adhesiones rígidas a sus pri-
meras decisiones. Son conscientes de que man-
tenerse en la misma postura no funciona. Por el
contrario, la rigidez y el compromiso ciego son
características de profesionales inexpertos.
2. Las personas que toman mejores decisiones con-
fían en otros para mejorar sus criterios. Los ex-
pertos raramente trabajan solos, sino que traba-
jan en grupo para obtener el juicio de otros. Esto
les permite consultar con sus colegas y subordi-
Y sin embargo humanos
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